Hoy me he sorprendido mirando absorto los gatos que tengo en la estantería del ordenador. Lo que empezó de casualidad (¡?) con un gato de madera pintado de azul que encontré en una muestra de artesania de Thailandia se ha convertido en una curiosa y variopinta colección. Como los amigos, tengo la sensación de que ellos me han elegido a mí; ¿quizás su halo misterioso, de animales que están con un pie aquí (o mejor dicho, una pata) y otro en una dimensión distinta?; ¿su insaciable curiosidad?; ¿quizás me atrae su paradoja de independencia y necesidad de cariño humano?, ¿su flexibilidad y capacidad de adaptación?; ¿sus hipnóticos ojos?... Quizás simplemente me parezcan bonitos, me digo mientras esbozo una sonrisa felina...
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4 comentarios:
Los gatos son los mejores, por muy domésticados que estén siguen teniendo un lado salvaje, simepre quieren escaparse a la calle a por un par de pajarillos, no juegas con ellos, ellos juegan contigo...
Además los gatos son sinónimo de libertad; por mucho que los retengan, siempre,cual prisioneros de Colditz, siempre encuentran un sitio por donde escapar...
¿Y qué pensará de todo esto Garfield????
uff yo los colecciono pero de verdad q es peor :(
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