miércoles, 4 de julio de 2007

QUIERO CREER


Como dijo Blas Pascal, "lo último que uno sabe, es por donde empezar", por lo que voy a empezar por lo que hoy me ha dado por cavilar. El otro día escuché en el programa de radio "la rosa de los vientos" (por cierto, inciso. un programa imprescindible para todo aquel apasionado de la ciencia, la historia, el misterio, la ecología.. Rigor, tono didáctico y unos tertulianos de mucha altura capitaneados por Juan Antonio Cebrián); como decía, escuché que se cumplen 60 años de la primera observación oficial en la era moderna de los objetos volantes no identificados. La fecha que se ha establecido como inicial de la fenomenología ovni moderna (ya hablaremos más adelante de las pruebas gráficas que se han ido encontrando sobre la posible presencia alienigena en épocas antiguas e incluso prehistóricas) es la del 24 de Junio de 1947. El lugar, el Monte Rainier en el estado norteamericano de Washington. El protagonista, Kenneth Arnold, un empresario de Idaho aficionado a volar en su avioneta monoplaza.
Ese día, Arnold, volando en una misión de búsqueda y rescate de otro aparato siniestrado, pudo ver claramente nueve objetos de apariencia circular y metálica sobre volando la zona de los alrededores del mencionado Monte Rainier. Poco tiempo después, tuvieron lugar los hechos acaecidos en Roswell, con el descubrimiento de un aparto que impacto cerca de una granja agrícola de esa pequeña población, cuyos restos fueron trasladados a la famosa área 51.


Este aniversario me plantea varias preguntas:


-¿Cómo es posible que hayamos avanzado tan poco en el conocimiento de este fenómeno 60 años después?


-¿Es posible, como apuntan algunas teorías, que estemos sólos en la galaxia y realmente nos visiten "pasajeros del tiempo", hermanos del futuro que poseen una tecnología muy superior a nuestro momento actual, pero puramente terráquea?


-¿Nos ocultan los poderes en la sombra la verdadera realidad y crean cortinas de humo, como el montaje de la chapuza de autopsia al "marciano" de Roswell para desacreditar y desanimar el conocimiento de ese algo más?



Muchas preguntas para una de las preguntas trascendentales del ser humano:


¿hay alguien ahí?

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