miércoles, 15 de julio de 2009

MI REFUGIO



Es bueno tener un lugar en la memoria donde acudir, cuandro el tránsito de la vida nos atropella, cuando la rutina nos envuelve con su marrón manto de esparto, cuando necesitas miara al infinito y gritar en silencio tus frustaciones, tus sobretensiones, tus miedos.

Yo tengo el mío; oculto entre los turistas que trasiegan con ajetreo. apoyando mis manos en el pretil del Ponte Vechio, contemplando el río Arno en esos atardeceres amarillos, naranjas y rojos maravillosos, y sus reflejso en las aguas dibujando acuarelas impresionistas imposibles de repetir en ningún lugar del mundo. Un sitio donde regresar y perderse en su magia una y otra vez.