viernes, 2 de octubre de 2009

SOLO PARA SUS OJOS

Es como mirar a través de los ojos de Gaia; de un casco ígneo, de un antifaz telúrico; viendo pasar el incansable y pertinaz flujo y reflujo de las mareas, las exhibiciones de fuerza, ímpetu y obstinación del mar Cantábrico que pugna por introducirse entre sus labios, fisuras en las rocas acantiladas.

Una mirada de miles de años de experiencia, que ha visto pasar innumerables especímenes vivos que surgen, mutan, desaparecen, convergen... mientras su mirada imperturbable, pétrea, insondable contempla todo con la seguridad de que seguirá oteando el horizonte incólume, permanente y sólida, contemplando lo voluble del mundo no anclado sobre los pilares de la tierra.


La Ojerada. Ajo. Cantabria

lunes, 21 de septiembre de 2009

EL DESAFIO DE LAS AGUILAS


No hay ave más majestuosa en vuelo como el Águila. Tuve la fortuna de verla ayer en un paseo con un viejo amigo proveedor de los mejores dispositivos de óptica terrestre y astronómica que conozco, un paseo por una de la viejas cañadas reales de transhumancia que aún se restisten a desparecer en Madrid, cual jirones gloriosos de nuestra historia y cultura popular, que veían el tránsito de rebaños desde las tierras altas sorianas hasta las de pasto en extremadura.


En este caso, era un magnífico ejemplar de águla culebrera, difícil de ver por el sur de Madrid. Es curioso, pero el destino parace pertinaz en mostrarme "visiones" poco habituales en las épocas de cambio estacional, como si me mandara mensajes cifrados cual arúspice romano que debe interpretar´los símbolos del destino por indicios.


¿la majestuosidad, poderío y nobleza del águila culebrera se traducirán en cambio positivos en mi tránsito por largo camino de la vida o, como dijo Schopenhauer "el destino baraja las cartas pero nosotros jugamos la partida"


miércoles, 15 de julio de 2009

MI REFUGIO



Es bueno tener un lugar en la memoria donde acudir, cuandro el tránsito de la vida nos atropella, cuando la rutina nos envuelve con su marrón manto de esparto, cuando necesitas miara al infinito y gritar en silencio tus frustaciones, tus sobretensiones, tus miedos.

Yo tengo el mío; oculto entre los turistas que trasiegan con ajetreo. apoyando mis manos en el pretil del Ponte Vechio, contemplando el río Arno en esos atardeceres amarillos, naranjas y rojos maravillosos, y sus reflejso en las aguas dibujando acuarelas impresionistas imposibles de repetir en ningún lugar del mundo. Un sitio donde regresar y perderse en su magia una y otra vez.

lunes, 8 de junio de 2009

PLENILUNEO






Ayer tuve el privilegio de contemplar el espectáculo de una de las lunas llenas más grandes, refulgentes e hipnóticas que recuerdo en mucho tiempo. Como un inmenso escudo de fuego, de frio fuego de un amarillento mimético del propio sol, al que pretende desafiar; ascendiendo como una diosa de la noche que reclama imperiosamente su poder sobre la noche y las estrellas, que vela observante sobre sus súbditos nocturnos, unos indiferentes, otros entregados.

Difícil escapar a su hechizo, si no acabar esclavo o adorador de su figura, subyagado por el poder hipnótico al que han sucumbido miles de seres, reales, de leyenda o pobres infelices en los que ha hecho germinar la semilla del mal que enterraban.

Para unos ángel, para otros, diabólica. Para mí siempre es la bella dama de la noche que me extenderá su blanco manto para proyectar sobre él mis más sugerentes sueños

sábado, 9 de mayo de 2009

PEQUEÑOS DETALLES 2

Esos lugares,esos objetos, esos momentos que pasan de largo para el ojeador ortodoxo y que yo capturo en pequeños frascos como pequeñas esencias de lo diferente. Como buscador de lo que nadie busca, he aquí nuevos ejemplares para mi particular colección:


La gran vía de Bilbao; enfrente, el edificio de Hacienda con un particular pajarito...con dos alones.



Un diablo zoomorfo en la catedral de Salamanca; ¿comiéndose un cono con dos bolas ?


Cráneo de Diplodocus "petrificado"

¡Esta ferretería de Sigüenza es la bomba!

Surtidor de gasolera en Campo de San Pedro (Segovia), ejemplo de que con cinta aislante se arregla hasta una fisura en un reactor nuclear...lo mejor es el cartel que aclara que funciona.

Los bomberos de Ávila deben ser como los X men para usar esta entrada tapiada. Nota: Tambíén es la salidad de urgencias. Pobres inquilinos..


Cuidadito también en Ávila con dejar el coche mal aparcado, que la grúa te lo voltea y te lo lleva
arrastrando al depósito.


A los de dueños de este palacete de Praga parece que no le gustan las visitas...




Me parece que a los checos los años de comunismo no les molaron mucho...


Hacer de atlante soportando una enorme terraza de granito y que encima un león te esté mordiendo tus partes es una auténtica pu..ñeta.

EL JARDINERO INFIEL



Un largo período de inactividad en mis diserciones y ocurrencias en el ciberespacio; en las que los momentos álgidos y aquellos menos agradables han salpimientado mi discurrir por este sendero de luces y oscuros llamada vida. Entre esos rincones de luz, armonía y vitalidad, hace unos años cree mi jardín de "Fen Shui", el que me llena de orgullo y satisfación con la flor más bella, prodigiosa y sublime que en mi ya dilatado periplo en mi vida, jamás pensé poder cultivar. Sin embargo, en los primeros años de este 2009 malhado con la etiqueta maldita de la crisis, mis tensiones y adversos resultados laborales me han hecho descuidar mis dedicaciones mi planta especial, los mimos, miradas cariñosas y palabras que la hacen crecer fuerte y vigorosa. Y es que, como dijo el principito "lo que hace que tu planta sea tan especial es el tiempo que le dedicas" Y es que lo esencial es invisible a los ojos. Como el brillo refulgente de tu mirada, el susurro cálido de tus palabras y tus sabios consejos. No, no debo descuidar el maravilloso jardín que da valor a mi existencia. Que mi labor de jardinero es más improtante que cualquier otra. Que no se me olvide nunca.

sábado, 13 de diciembre de 2008

SÓLO EN LA CARRETERA




Era una de tantas noches en carretera. Pedro conducía su camión, un poderoso intecooler de 14 toneladas, de retorno tras cargar mercancía en Francia. Una ruta habitual. Como hacía frecuentemente en conduciones nocturnas, utilizaba carreteras secundarias para arañar unos euros de peaje y combustible a sus cada vez más menguados márgenes por ruta prestada. Eran pasadas las dos de la madrugada y se encontraba transitando por una de esas vías secundarias que le gustaba utilizar; una carretera de media montaña que atraviesa los valles que flanquean la pétreas moles del pirineo aragonés. Una carretera no fecuentada por vehículos y que naturalmente, a esas horas se encontraba completamente desierta. Para amenizar tantas horas al volante, Antonio era asiduo oyente de programas de radio. En ese momento, recordó que que precisamente a las dos, comenzaba uno de sus favoritos. Desvió unos segundos la vista de la carretera para sintonizarlo y en ese momento lo vió; un pequeño objeto a gran velocidad pasó de lado a lado de la calzada enfrente de él obligándole a dran un brusco frenazo, enderezar el vehículo y detenerse un poco más allá.
Cogió de la guantera su linterna y bajó con rapidez de la cabina; con una sensación de alarma y desazón, y preguntándose que podría ser aquello que juraría, no se trataba de un animal, se encaminó al otro la carretera.
Pasada la cuneta lo vío: junto a un tronco de árbol, la pálida luz de la linterna, enfocó una pelota blanca; un balón de fútbol con topos negros; miró a un lado y a otro, y pronunció, por dos veces, un poderoso grito: “¿Hola, hay alguién ahí?”. Los gritos fueron contestados por un profundo silencio.
¿Qué podría hacer allí ese objeto y, sobre todo, qué le había impulsado a travé de la carretera? De repente, una fuerte corriente de viento sacudió las copas de los árboles; Antonio quiso encontrar en ésta la respuesta a su pregunta. Sin duda el balón, abandonado al lado de la cuneta , fue impulsado por el viento, atravesando así la carretera. Con una mezcla de fastidio e incredulidad, proporcionó un potente puntapié al balón que se perdió en lo profundo del bosque.
Se encontraba en la calzada cerca ya de su camión, cuando escuchó un amortiguado pero continuo y ruido a su espalda . No era la tremendamente baja temperatura la que le hizo sentir como se le helaba la sangre en las venas cuando, al volverse, se encontró rodando lenta pero inexorablemente hacia él, el mismo balón que había golpeado.
Tras unos instantes de absoluta parálisis, escuchó algo. Se preguntó si estaría sufriendo una alucinación por el cansancio, ya que creyó percibir las cantarinas risas de un niño.
Dispuesto a poner fín a la situación y agarrándose a la idea de que él, como hombre absolutamente racional, encontraría una explicación totalmente natural a este hecho, se dirigió a la cabina de su vehículo de la que extrajo una barra de seguridad que solía llevar para su autodefensa a la que se aferró y con la que logró recuperar el dominio de si mismo.
Con decisión, atravesó la carretera y se encaminó hacia donde creyó que procedían esas misteriosas risas; fue avanzando y creyó percibir de nuevo esos desafiantes sonidos un poco más adelante. Se fue adentrando en el bosque siguiendo los sonidos de lo que pensó, era fruto de su imaginación o ruídos de la naturaleza.. Con decisión pero con cautela, fue avanzando a través del manto de hojarasca que alfombraba su pasos. De nuevo, esa endiablada risa perforó su oídos, esta vez más cerca. Sin pensarlo dos veces, se dirigió a la carrera enfocando con su linterna hacia adelanta. El haz de su linterna descubrió una zona de vegatación rala y enfocó lo que parecía el esqueleto de un vehículo de hierros deformados y retorcidos,v íctima de la herrumbre. Un pasos y hojas arrastradas a su espalda. Le hicieron volverse para encontrar que su linterna enfocaba la pálida y espectral figura de un niño de unos 8 años con un balón entre su manos, con una mirada profunda, pavorosa e indescriptible. El latido desbocado de su corazón y unas aterradores palabras fueron sus últimas sensaciones antes de caer en la oscuridad que produce el desvanecimiento. Unas infantiles y escalofriantes palabras: “¿Quieres jugar conmigo?”...