TEMPUS FUGIT

Ah el tiempo...uno de los conceptos más relativos que existen, un segundo puede durar una eternidad y un año pasar en un suspiro. Este último sentimiento es el que me sugiere este agónico año 2007 que en horas escapará entre nuestros dedos como granos de fina arena. En estas ocasiones, uno suele hacer una mirada retrospectiva y analizar, como en fotogramas, como un selectivo flashback de lo que le ha sucedido a lo largo del año que exhala sus últimos vahídos. Y , de forma recurrente, suelen presentarseme primero aquellas ocasiones o situaciones en ls que actué de una determinada manera cuando, en el momento o a posteriori, pensé que hubiera sido mejor otra opción. Y eso qu una de mis máximas es arrepiéntete oh pecador, no de lo que has hecho, si no de lo que has dejado de hacer. Pero el hombre es un animal que tropieza por enésima vez sobre la misma piedra y tiende a recaer en sus vicios y errores. Estos, como buen animal de mis especie que soy, he vuelto a verlos y saludarlos este 2007 pero, por contra, esas imágenes de autorreproche que tinen por bien servirme en plato frío mi propia conciencia, este año han sido razonablmente leves y rápidas. Casi como un tráíler y no como una obra de Dostoievski .... y he acabado con una happy end.. me estará ablandando la edad.

¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!

PD: Y BUENAS AUTOPELICULAS

MUÑECOS DE NIEVE

¿Qué veo en ellos que me resulta tan fascinante?, Su aspecto rechoncho y bonachón no debería provocarme más que una sonrisa o una mueca de condescendencia, pero... ¿Será quizás esa sonrisa "congelada", que a veces adquiere rasgos asimétricos y aspécto tenebroso'; ¿serán la memoria visual de las películas, obras literarias, donde adquiere vida y se convierte en un ser maligno y destructivo? Interesante. El mito recurrante delGolem, el sueño prohibido del hombre de crear vida, prefernetemente de materia inerte, de dar hálito de vida a la nada..

Un objeto inquietante, inocentemente infantil, inquietantemente maligno... quizá un temor de niñez.

CUESTIÓN DE CABEZA

Dentro de mis meditaciones habituales, el otro día le dí vueltas a un aspécto que, cuando menos, siempre me ha resultado paradójico.

Me refiero a una postura maniqueista en la concepcion de los dos grandes "motores" o "centros de poder" del hombre. su corazón y su cabeza.

Si uno se pone a enumerar las expresiones relativas a los mismos, descubre que la cabeza alude a las decisiones importantes, transcendentes y relevantes. He auí algunas de ellas: Poositivas: tener una cabeza bien amueblada, tener la cabeza en su sitio, hacer algo con cabeza, utilizar la cabeza, tener la cabeza fría... o negativas: perder la cabeza, no tener la cabeza en su sitio, darse de cabezazos, ¿dónde tendrás la cabeza...?

Pero en las decisiones que tomamos, ¿qué proporción corresponde a una esfera y cual a otra?; ¿podemos recluir el cauce de nuestros pensamientos, decisiones, valoraciones a un análisis en el que opere la razón pura?; ¿no nos pasa que a veces tomamos decisiones s"sin saber por qué?

Quizás, como dijo Oscar Wilde: "El corazón tiene razones poderosas que la razón no entiende"